Saturday 2 October 2010

Montmartre... Ohh! Montmartre!!!

Ya volvi :)
Esta semana fue de re-acomodo a mi nuevo horario "escolar", a las clases, y a lo que será mi rutina diaria por el proximo año. Me tomé estos días para entrenar mi cerebro, mi cuerpo y mi espíritu para esta nueva realidad; fué como una especie de transición del rol de "turista" al rol de "residente". Ya no soy una turista. Vivo aquí. Resido aquí y así será durante -al menos- un año.  Así que ya tengo que ponerme seria. Tanto me he creído mi rol de parisina que hasta he comenzado a quejarme...
Por esto no hubo mayor pateadera que la habitual y la de buscar un estudio de Yoga apropiado (bueno, bonito y barato), pero sobretodo cercano a la escuela. Después de visitar varios, finalmente consegui uno que está justo detras de la escuela. Mejor imposible! Es bueno, agradable, bonito pero no es barato. La verdad ningun studio de Yoga ni gimnasio son baratos en Paris. Pero bueno, ni modo! Es aqui donde escogi hacer mi vida por ahora y la Yoga es parte esencial de ella.
A mis primeros 5 días de clase, ya estoy embotada! Ufff... Demasiada información! Pero es buenísimo porque he aprendido cosas prácticas, de uso diario. Entiendo mejor en la calle y puedo entrarle a esa forma tan particular que tienen los parisinos de hablar (rapidísimo y con muchos refranes). De hecho, en el metro ya no me parece que hablan arameo en vez de francés :)
Por otro lado, y 18 dias despues de arribar a esta ciudad, debo reconocer que ya me rendí ante las dos cosas que más terror me generaban antes de venirme a París: el FASHION y los DULCES!!!
SI! Cedí a la tentación! Pero bueno yo no soy de palo puej...
En cuanto al fashion, me atrapó! Es que es casi imposible escapar a la tentación de lucir fashion cuando todos los días te tropiezas con unos catirones, ojos azules, forradas de Channel, con unos looks impecables, unos cortes de cabello que solo en Europa son ultra fashion (en Vnzla le llamariamos cortes raros), o con tipos espeluznantemente bellos y también de punta en blanco.
Oye, si! Yo soy defensora del mamarrachismo, pero creo que en París la batalla está perdida. Aquí ser mamarracho es casi peor que ser violinudo (no todo el mundo tiene mal sudor, esa es la excepción, de hecho la gente se queja cuando alguien llega con violin). Una se siente sin argumentos para seguir levantando la bandera del mamarrachismo. Más bien se siente uno retado constantemente a lucir mejor.
Y pues yo decidí no quedarme atrás! Si voy a ser una parisina más, debo asumirlo con todas las consecuencias que el gentilicio pueda acarrear (consecuencias evidentemente económicas, claro está). Total que ya he hecho unas cuantas compritas - la verdad burrrrda para mi standard de consumo - y creo que ya estoy lista para lanzarme a la batalla de la pasarela subterránea, pués es en el metro donde el desfile se aprecia mejor.
Y respecto a mi segundo gran terror: el dulce; fué apenas hoy que se me derritió la criptonita anti-pasteleria.
No tenía de otra, estaba en Montmartre por Dios... el barrio de la Patisserie! Yo sabía que sólo en una situación extrema podría sucumbir a la tentación. Y así fué: me encontré de frente con una pasteleria artesanal, Les Petits Mitrons (los pequeños pasteleros), desde donde los colores y olores me llamaron cual canto de sirena. No exagero al decirles que me comí hoy la tartaleta de frutas mas exquisita que he probado en mis 32 primaveras. Se saborea de manera muy especial el "hecho a mano", el arte de sanar (arte-sano), el sabor único que le da a un plato el hecho de que no haya sido preparado en máquinas sino por un par de manos expertas.  Ahora tengo - por culpa de esta gentecita - una cita obligada todos los fines de semana en esta pasteleria para probar el resto de los dulces (ya ven porque retrasaba tanto mi primer dulce en Paris?).
Pero quiero hablarles de Montmartre... para llevarlos a un lugar común, ubíquense en la película francesa Amelie. Para quienes vieron esa peli, es facil imaginar este lugar, pués fué rodada allí.
Montmartre se conoce como el barrio bohemio, artístico de la ciudad. Allí vivió Picasso y Van Gogh. Imaginense un pueblito como El Hatillo, a 130 mtrs de altura, pero en pleno centro de la ciudad. Es bello! Todo el barrio es un mercado al aire libre. Se puede conseguir de todo en los toldos que estan en medio de la calle, desde carne hasta suspiros. Tiene callecitas muy angostas de piedra y tienditas artesanales de cualquier cantidad de curiosidades.
Al barrio lo corona la famosísima Basílica del Sagrado Corazón, desde donde se ve casi toda la ciudad. Y como fué la cuna de la movida bohemia en París, allí queda el ultimo cabaret de la ciudad, el también super famoso Moulin Rouge. Además está la plaza de los artesanos Tertre, una delicia de lugar! Ahora entiendo como tantos artistas, escritores, creativos de la historia del arte han encontrado inspiración en estos rincones que esconde la París que estoy conociendo 50 o 100 años despúes que ellos. Ahora entiendo las razones que llevaron a muchos de ellos a instalarse aqui por largas temporadas de creación.
Siento que Montmartre se parece a mí. Tiene esa mezcla de modernidad (el metro llega a plena plaza frente al Moulin) con antiguedad e intimidad que lo hace muy pintoresco. Parece un pueblito alejado, pero está en pleno centro de la urbe parisina. Lo amé demasiado! Quiero vivir allí :)
Mañana Domingo iré a conocer la ciudad universitaria de la Sorbonne. Se llama igual que nuestra UCV porque al parecer Villanueva se inspiró en el diseño de esta Sorbonne. Y en la semana, me he propuesto visitar dos sitios: la casa Channel (para complacer a mi mama y a Marielly), y el cementerio de Montparnasse. El fin que viene creo - eso espero - que viajaré a algún país fronterizo... ya les contaré cuando tenga mi pasaje...


Aqui les dejo dos foticos. Los qm.

Pdt: esta mañana me alzé con la cocina de esta casa y puse a todo el mundo a desayunar arepa con perico, o perruche, como lo bautizé en frances jajaja... les encantó! la alemanita hasta repitió :)

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