Tuesday 31 May 2011

Mi renacimiento Mistico y el regreso...

El Sábado 28 de Mayo recibí mi Gohonzon. Para explicarme en términos que todos conocemos, es el objeto de devoción en el Budismo que yo practico, un Budismo laico. La comunidad budista considera este día como nuestro re-nacimimiento, pues místicamente hablando es una llegada y a la vez, un punto de partida. Para mi es exactamente eso, un nuevo depart!

Estoy convencida que mucho antes de venir a esta vida, escogí lo que sería; ejemplo: que sería mujer, de signo Sagitario, que serian Mamara y Papando mis padres, que sería en medio de esta hermosa familia que crecería, que sería en mi bella Venezuela, y todo lo que no puedo imaginarme, todo eso lo escogí yo misma antes de nacer. Incluso escogí una familia católica. Religión con la que nunca me he sentido cómoda pero que sirvió de escenario para aprender mis primeros y más básicos valores. Ahora yo, en medio de mi treintena, con una consciencia propia, consciente de quién soy,  más cómoda en mi propia piel, y segura de mi identidad, escojo la religión que se adapta mejor a mi individualidad y que me acompañará hasta mis últimos días. Wow!!! Que grande! Que belleza que la vida nos renueve siempre la oportunidad de decidir, de escoger, desde las cosas más simples como el tipo de café que nos tomaremos en la mañana, hasta lo más trascendental, como por ejemplo lo que serenos en nuestra próxima vida.

De esto precisamente se trata este Budismo de Nichiren: de la decisión! De la libertad de decidir. Yo decidí ser feliz sin importar las circunstancias que me rodeen. Decidí que el bienestar en mi vida emana de mi corazón y no del exterior. Que mi felicidad no es una consecuencia del entorno, sino que el entorno será una consecuencia de mi felicidad interna. Este Budismo nos dice que hay una ley maravillosa que une invisiblemente la verdad del corazón con el universo. Que no hay una disociación entre ambos, por el contrario, son uno solo. Somos uno con el universo entero. De modo que lo que esté en nuestro corazón es lo que veremos reflejado en nuestro entorno. Como se traduce esto? Pues, que nuestra realidad aparente no es más que el reflejo de lo que hay en el fondo de nuestro corazón. Y por ende tenemos TODOS la capacidad de modificar ese ambiente a nuestro favor. Todos los seres humanos estamos dotados naturalmente de esa capacidad de hacer surgir nuestra propia Budeidad (el despertar) para lograr lo que queremos en esta vida. Desde cambiar de carro hasta curar enfermedades muy graves.

A groso modo lo que esto significa es que tenemos el control de nuestra vida al interior de nosotros mismos. No hay necesidad de mirar ni pedir afuera, no hay que esperar milagros, ni pedir misericordias. Solo evocar esta ley maravillosa que permite a nuestro corazón estar claro, expresarse y actuar en consecuencia para crear la realidad que deseamos. El Buda Sakyamuni, es decir, el Buda original, al alcanzar la iluminación, descubrió que como él, un mortal común, todos podíamos lograrlo. Solo debíamos tener la determinación de pulir los sentidos! Y de allí la convicción de que nada es más grande que nosotros. Nuestra vida es perfecta tal como es. Que no hay entidades ni personajes superiores a nosotros, dotados de poderes majestuosos que puedan llevarnos a la salvación. Somos nosotros los que tenemos el control remoto de nuestra historia.

Lo que a mi particularmente me impulso a decidirme por este Budismo fue haber experimentado lo que en términos Budistas es la “felicidad absoluta”, que no es otra que la felicidad y el bienestar del alma. Un bienestar que no tiene nada que ver con causas externas. Es decir, la alegría espontanea y constante. Yo, honestamente me sentí muy extraña. Me preguntaba porque me despertaba con esta sonrisa tonta dibujada en el rostro. Con esta enorme sensación de alegría que yo jamás había sentido porque era en base a “nada.” Nada había ocurrido. No había conocido el hombre de mis sueños, no me había ganado la lotería, no había adquirido una victoria específica en nada. Y sin embargo mi estado más dominante es la alegría. Que es esto? Porque lo normal, lo culturalmente correcto es estar molesta, triste o preocupada. Me estoy volviendo loquita?  No! Es la practica! Por medio de la práctica estoy limpiando mi corazón, estoy transformando cosas de manera misteriosa que ni yo misma puedo explicar. Estoy de hecho calentando motores para volver al estado original y ultimo del ser humano que es la FELICIDAD. Eso lo permite la practica! Al menos me lo permitió a mí. Yo quiero ser feliz, yo quiero sentir siempre esa alegría inexplicable en el alma, y vaya que quiero realizar todos mis deseos. En esta sociedad en la que la tendencia dominante es hacia la feroz competencia, la violencia y la desolacion; se hace cada vez mas necesario apoyarse en la fe y en la fuerza de nuestro propio espiritu para no dejarse arrastrar por la ola de la negatividad. Es preciso descubrir y potenciar nuestra individualidad, eso que nos hace diferente a los demas y nos hace unicos. Por eso practico y me comprometo con mi propia vida a seguir practicando para evocar siempre todo el potencial que existe dentro de mí. Porque entendí que para el corazón no existen obstáculos! Los obstáculos son un invento de nuestro lado humano más oscuro.

Pero esto es solo la cara “personal” de la práctica. Existe la otra cara, esa que se dirige a propagar la paz y el bienestar de la humanidad. Este Budismo de Nichiren está orientado al humanismo. El objetivo es que cada vez más y más personas sean felices. Que nos ayudemos mutuamente a liberarnos de los sufrimientos y desarrollemos la capacidad inherente que tenemos de ser un Buda, es decir, un ser despierto a la verdadera naturaleza del ser humano. Cuando oramos, lo hacemos por hacer surgir nuestra propia Budeidad, cambiar nuestro karma negativo y hacer realidad nuestros deseos en el presente y en el futuro; pero tambien oramos por nuestros familiares, por la paz y la felicidad en todo el mundo y por nuestros difuntos. Porque entendemos que si cada uno de nosotros logramos ser un poquito mas felices, este mundo seria mucho mejor.

Esta es una de las cosas mas importantes que me llevo de mi vida en Paris… mi Budismo! Sé que soy Budista de corazón desde hace mucho anios, solo que ahora que conozco la práctica, estoy convencida que lo seré toda mi vida.

En esta, mi última semana en Paris, mi pasatiempo preferido es caminar, caminar y caminar, tratando de grabar en mi memoria los olores y las imágenes de esta ciudad, como si quisiera almacenarlas para después… Acercándome al final de mi estadía puedo ya decir que valió la pena dejar todo por Paris: trabajo, casa, carro, cosas… De haber si quiera sospechado que esta experiencia llenaría mi vida de tantas cosas hermosas, lo hubiese hecho antes…

Me voy pero dejo la mitad de mi corazón aquí, en estas calles, en estos parques, en estas esquinas con olor a pan recién horneado. Hoy debo dejar Paris, pero ya nunca dejare de ser Parisina… Porque Paris reside ahora en mi corazón y la llevare conmigo a donde quiera que vaya. Aquí he vivido una de las mejores etapas de mi vida. Paris fue el invernadero para mi transformación en jolie fleur, para mi vuelta a la vida, para mi reencuentro con mi corazón… Paris siempre será para mi, mi mejor refugio.

Agradezco a todos mis fieles lectores que formaron parte importante de este recorrido por Paris y por mi vida. Agradezco sus constantes comentarios que me alentaron siempre a seguir escribiendo. Aprovecho además para disculparme por ejercer una escritura libre y deliberadamente irrespetuosa de la ortografía y las buenas formas.

Por ahora, la pateadera de Paris se termina, pero seguiremos pateando Francia juntos muy pronto… Hasta entonces!

Les dejo fotos del gran dia. Los QM!

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