Monday, 24 January 2011

No me quiero ir...

No, no me quiero ir de Paris. No quiero, no quiero, y no quiero!

En mi último post les conté que había decidido mudarme a Niza por aquello de que Francia no es solo Paris y Paris no es Francia. Bueno, pués resulta que desde que llegue de Miami me he sentido tan bien en Paris, tan adaptada, tan en armonía con la ciudad, con el clima y con mi nueva situación, que me pregunté: porqué me quiero ir? Si me siento más Parisina que nunca! Siento que pertenezco a esta ciudad en este momento de mi vida. Entonces, porque irme cuando ya me comí las verdes (llámese proceso de adaptación, frio endemoniado, calarme una familia loca, un barrio marginal, etc)? Acaso no voy a disfrutar de las maduras?
Honestamente, en Diciembre no era yo quien hablaba de dejar Paris, con la excusa de “seguir rodando y ver cosas diferentes.” Era mi otro yo, fatigada del frio, del cielo gris y de la lluvia que me bajaron el animo a -1. Aunque suene increíble, cuando uno no está acostumbrado, las temperaturas extremas pueden hacerle a uno perder por momentos la cordura (por ejemplo, tomar decisiones en contra de uno mismo, tipo querer descontroladamente salir corriendo!). 
Pero afortunadamente mi viaje a Miami me ayudo a tomar un segundo respiro y ver las cosas desde una mejor perspectiva a mi regreso. No es solo que el clima está mejorando poco a poco con los días, ni que la casa donde me hospedo ahora es mucho mejor, ni que el barrio nuevo es lindo, aseado y seguro; es todo esto, mas el hecho de haberme recordado que yo verdaderamente AMO esta ciudad. Paris creció en mi de manera insospechada! No tenía yo la remota idea de que la ciudad a donde decidí mudarme a ciegas, sin haberla visto nunca, se convertiría en algo tan preciado para mí.  Y cuando digo algo, me refiero realmente a muchas cosas: a la sensación de libertad que me produce recorrer la ciudad, al asombro continuo que no cesa al ver todos los días algo nuevo, al carácter intolerante del Parisino (que se parece tanto a mi), al ambiente relajado y de placer que reina en la ciudad, al aura antigua pero a la vez cosmopolita que inunda la ciudad, al enorme respeto que existe por las diferencias raciales, étnicas y culturales, y pare ud de contar…
 De modo que me quedo. Paris ganó! Y me gano a mí entre sus enamorados. Superadas las primeras etapas de adaptación - siendo la última esa en la que odias al objeto de tu afecto antes de verdaderamente amarlo, ya puedo asegurar que en Paris, como Parisina, me siento a gusto!

Así que en esta tónica me he planteado recorrer cada uno de los 105 km2 que tiene la ciudad. Imagínense, Paris es súper pequeña. Para que tengan una idea, la zona Metropolitana de Caracas tiene una extensión de 822 km2.  Es decir, Paris intramuros, lo que se conoce como Paris, no la región Ile-de-France (que es como decir D.C.), tiene la extensión de uno de nuestros municipios de la capital.  De modo que recorrerla de punta a punta no me debería llevar mucho tiempo.   No se crean que se mucho, esta información la tuve que buscar de urgencia en internet porque un amigo Francés, Simón, me preguntó el otro día si Venezuela era más grande que Francia. Y casi me sentí insultada por semejante pregunta!  
Como se le ocurre a este frantuche ignorante preguntar eso? Es que acaso no ha visto un Mapamundi?  Jajajaja… Le contesté: pero claaaaaro que no!!! Francia es más grande Simon, por favor!!!  No lo insulté porque mi francés todavía no es tan sofisticado como para insultar a alguien utilizando un lenguaje inofensivo.  Pues resulta que Simón, como buen Francés (que todo lo pone en duda, lo debate y lo argumenta), se fue a Wikipedia a comparar superficies con mapa de los dos países y demás.  Al día siguiente me dijo: “mira, sabes qué? Venezuela mide 916,445 km2 incluyendo la Guyana, y Francia mide 675,417, cual es más grande?” Pluff!  Yo me hice la que no entendía. Lo hice repetir la frase como 3 veces mientras pensaba que le iba a responder. “Esteeeee… bueno pero es que las Guyanas están en reclamación, chico! Esas no se cuentan! Por eso es mas grande“  Dios mío, yo nunca me había sentido tan asno y balurda en la vida… No sabía que decir.  Y se me ocurrió esto: Bueno, pero Caracas si es más grande que Paris mil veces mijo!!!  El puso cara de incrédulo. “Porque con el cuento de que hay una estación Metro en cada esquina, uno tiene la sensación de que la ciudad es grandiiiiiiisima.  Pero, no, la verdad es que Caracas es muuuuucho mas grande!”  Y él me responde que no lo cree. Que Paris es una ciudad muy muy grande. Y duda mucho que Caracas sea tan o más grande que Paris. Allí me saque la espinita y busque en internet la superficie de ambas ciudades. Efectivamente Caracas es 8 veces más grande que Paris. Y se lo pude restregar en la cara ;) Pero no porque yo lo supiese, sino porque tenía esa sensación. Bien pude haber quedado otra vez en ridículo, si la suerte no me hubiese asistido! Ups...

Pero si es cierto que cuando uno mira el mapamundi, Francia se ve más grande porque es de hecho el país más grande de Europa Occidental. Y eso engaña a la vista y da la idea de que si es más grande que Venezuela. Pero es un efecto a simple vista. Basta con ver el detalle para notar que no es cierto.  O a alguien tan quisquilloso como Simón para averiguarlo… atrevido!

Pasando a otro tema, ayer de nuevo retome mi Yoga. Esta vez en serio y sin pausa. Ya me inscribí y tendré Yoga dos veces por semana, como siempre lo había hecho. Solo que estas clases son mas rudas, más exigentes y duran hora y media.  Hoy tengo el cuerpo como si me hubiesen dado una paliza ;(

Tenía tiempo queriendo compartir con uds que estoy disfrutando de un libro que se llama “Eat, Pray and love”, de Elizabeth Gilbert. Me lo regalo mi mejor amiga, Mari, justo antes de mudarme a Paris con una bella nota que decia: “Te prometo que te vas a sentir acompañada.” Y vaya que me he sentido acompañada. Este libro se adapto a una película que protagoniza Julia Roberts, y lleva el mismo nombre. Narra su historia de viajes por tres países durante un año, después de una ruptura importante en su vida y la necesidad de hacer algo que la “retara” y la hiciera sentir de nuevo “viva.” Ella deja todo, su trabajo, su casa, sus cosas y se entrega a la experiencia. No puedo explicar con palabras cuan identificada me siento con ella en muchas de las cosas que cuenta. Las diferentes sensaciones que la invaden: la alegría repentina por las cosas más simples, la amenaza constante de la soledad, de la tristeza por la lejanía, la fascinación por el idioma (en su caso fue el Italiano), la búsqueda de eso que la hiciera sentir libre, los miedos, los temores; en fin, Liza reconoce, ya sin sentido de culpa, que “su más  grande amor en la vida es viajar y descubrir cosas nuevas”… Brillante!!!  Yo me siento retratada en su libro. Sobre todo por las sensaciones que experimenta al encontrarse en un país extraño, donde ella es la extranjera y no conoce el idioma ni las costumbres. Se los recomiendo, yo lo estoy amando con locura...

Me voy a la cama contentísima porque hoy empecé el itinerario de viaje con mi primita, que viene en dos meses a patear Europa conmigo… ;) Madrid, Barcelona, Londres… Hay que ahorrar. Ya estoy en modo de ahorro ;)

Los QM! Nos seguimos leyendo!

Aqui les dejo la ultima fotico que me tome, con una companerita de clases Noruega y otra Brasilena.

No comments:

Post a Comment