Monday 27 February 2012

Un dia como hoy...

Un día como hoy hace exactamente un año, cante por primera vez Gonguio; que en Budismo es la “practica asidua,” específicamente la recitación de dos capítulos del Sutra del Loto (las enseñanzas del buda Sakyamuni).  Estos capítulos son considerados los más importantes pues allí Sakyamuni devela como logro la Budeidad y el hecho de que todos sin excepción podemos manifestarla, y liberarnos del dolor. Recuerdo que esa noche yo estaba en una especie de nube… flotaba en la liberadora sensación que ofrece la recitación del Gonguio. No sabía que era, no sabía que decía, pero si sabía lo que sentía: una sobrecogedora alegría y sensación de limpieza! A partir de ese momento comencé a practicar seria y decididamente este Budismo que ha transformado mi vida para bien.
Y hoy celebro este año de práctica reportando una gran victoria!

Recuerdan que mi último post lo cerré con un reto? Me desafié a encontrar en 15 días el lugar ideal para finalizar mis pasantías en cocina aquí en Paris, y en menos de ese tiempo lo conseguí!  Siiiii!!!! Ya hoy tengo dos semanas de haber comenzado a trabajar en un sitio que recoge todas las características por las que cante: ambiente de trabajo sano, respeto y calidad humana! Como una prueba más para renovar mi fe a un año de haber comenzado la práctica, este lugar se manifestó en mi vida tal como lo había pedido. Como desafiando la realidad imperante sobre las duras condiciones de la mayoría de los pasantes de cocina, esta nueva victoria vino a recordarme que para los practicantes del Sutra del Loto no hay imposibles. En un momento en el que el medio ambiente me indicaba que la realidad del pasante de cocina era de maltrato, abuso y sacrificio, yo me impuse el reto de atraer a mi vida justamente todo lo contrario; respeto, armonía y disfrute.  Y logre manifestar esa realidad que parecía imposible.

Les cuento.
A una semana de estar buscando, entregando CV de rest en rest, recibí una oferta en un restaurantico muy chic del centro de Paris. Muy cerca de la casa y con una cocina que se veía seria. Inmediatamente llame a la escuela para comunicar la noticia y pedir que enviaran el contrato a este establecimiento. Pero por “alguna razón” la comunicación entre el chef y la escuela no fluyo en espacio de dos días. El tercer día, mi master chef Fabrice, me escribió para decirme que lo llamara porque tenía unos amigos dueños de un Rest que estaban interesados en mi stage. Pues hable con Chef y finalmente me comunique con los dueños del rest. Al hablar con el dueño por telf hicimos click instantáneamente. Me aclaro que el rest estaba en las afueras de Paris, un suburbio llamado Clamart y que sería un largo viaje todos los días. Sin embargo me invito a visitar el rest, conocer a su esposa, la cocina y el chef. Recuerdo que cuando iba en el tren camino a Clamart estuve tentada a llamarlo para desistir de la idea porque veía que era realmente lejos. Pero afortunadamente no lo hice y al llegar allí supe que ese era el lugar.  Conocí al chef, a la Sra. Magaly y al Sr. Patrick propietarios del Rest., quienes me recibieron con una gentileza y una calurocidad que me dejaron tiesa. No solo fueron cariñosos y efusivos conmigo al primer contacto, sino que de una me propusieron modificar mis horarios de trabajo por el tema del traslado y la lejanía. No lo pensé dos veces. Quede prendada de esa diminuta cocina, de ese chef con pinta de San Nicolás y de esa pareja de Sres. entusiastas y simpáticos. Mi corazón y mi mente se pusieron de acuerdo en un instantáneo y decidido: SI! Me quedo! Enseguida llame a la escuela, los puse a hablar y ponerse de acuerdo en los temas administrativos y legales, y salí de allí con el compromiso de comenzar el siguiente Martes (era Viernes).

Desde ese Martes 14 de Febrero trabajo en el restaurant L’Angle du 15, al lado de un chef que comenzó a cocinar 10 años antes de que yo naciera, que maneja la cocina y la pastelería tan cómodamente como mi papa maneja su control remoto del T.V. y bajo la gerencia de una pareja de Franceses de esos que ya no se encuentran. De esos dueños de negocio que no solo piensan en los números de la caja al final del servicio, sino también en preguntarle a uno “como te sientes? estas contenta? Estas a gusto?” Esta gente es de esas que estan pendiente de que me vaya a las 10pm en punto pa' q no pierda el bus: "Barbra ya es la hora, te tienes que ir..." jajaja …. Wow! Que cambio! Un giro de 360 grados a la realidad que vivía en Aix… a la realidad que se supone debe vivir todo pasante de cocina. 
Es cierto que es lejos, un viaje 1 hora. Pero cuando entro en la cocina y chef me recibe siempre con una sonrisa y la Sra. Magaly con un efusivo y alegre “Comment ca va?,” el fastidio del viajecito se esfuma y entro en la armonía de trabajar en el lugar por el que tanto cante. Yo sé, estoy consciente que pude voltear la tortilla gracias a la práctica. Hice prueba viva de que podemos “convertir el veneno en medicina”…. Y esta experiencia  solo me sirve para recordar lo poderosos que somos los seres humanos cuando actuamos con determinación y oramos con corazón sincero.  Es un reminder  de lo que se trata la ley mística: mira lo que puedes lograr cuando tienes fe, no te dejas vencer y te enfocas con corazón de león en un objetivo! Eso es lo que esta experiencia me suspira al oído…
 El Daishonin decía que el Budismo “es una contienda por obtener la victoria, que debemos vencer para poder ser felices y revelar nuestra Budeidad… que cuando manifestamos la poderosa fuerza vital de la práctica de Nam Miojo Rengue Kyo, podemos hacer surgir el coraje de avanzar, la sabiduría de triunfar y el amor compasivo de alentar y apoyar a otros” (Estrategia del Sutra del Loto, Escritos de Nichiren Daishonin, pág. 1046). Y esto me habla claramente de la determinación de no ser vencidos sino de vencer.  Cuando estaba en Aix sentía ganas de renunciar todos los días, de dejarlo todo y volver a mi casa porque me sentía atrapada, triste y frustrada. Caí en la trampa de aceptar lo que la escuela me había impuesto para obtener mi diploma, sin recordar que el poder de cambiar las cosas realmente lo tenía yo. Que yo podía transformar esa realidad, encontrar la mejor pasantía posible por mi misma incluso en medio de las peores condiciones.  Y en lugar de recoger mis maletas y devolverme a mi casa con mi familia, me decidí a dejar aquello pero para conseguir algo totalmente opuesto.  Es por esto que la flor de loto identifica nuestra práctica, porque de las peores condiciones sacamos las victorias más bellas, así como el loto florece bello y colorido desde el pantano…

Total que las pruebas nos fortalecen y nos aportan sabiduría. A un anio de haber comenzado a practicar este budismo, estoy más convencida que nunca que no hay nada que no pueda lograr en esta existencia si pongo mi corazón en ello. Yo paso al menos 9 horas de pie trabajando en la cocina y cada vez que termina el servicio, siento una enorme alegría y satisfacción de estar allí; de haber podido crear esta realidad para mis últimos días de pasantía. Ya luego el cansancio físico se instala en mi cuerpo pero la sensación de bienestar sigue allí reinante, intacta. Eso es sentirse victorioso, creo que allí radica la verdadera victoria de la que habla el Daishonin!

Ya cambiando el tema, los días se han ido volando. De las 7 semanas que estipula mi contrato, ya se fueron 2. Me quedan solo 5 semanas de trabajo y estaré lista pa’ cruzar el charco con mi diploma bajo el brazo! Peeero… antes de eso un viajecito no caería nada mal. Uno de esos viajecitos relámpago, de bajo presupuesto y mucha pateadera… pa’ echa el resto puej ;) En esta tónica Yasmin (mi ex room-mate en Cap) y yo estamos planeando encontrarnos en Niza justo antes de irme. Ya les contare los detalles del tour… pero por ahora está decidido que después del desgaste físico que significa trabajar en una cocina tantas horas todos los días, lo mínimo que se merece mi cuerpecito es una escapada de sol y playa en la Costa Azul de Francia ;)
Tengo muchas ganas de ver a mi familia y amigos, cocinar para ellos, tener esas largas chácharas con mi gente… extraño mucho eso! Pero sé que también extrañare mi vida de aquí. Extrañare Francia horrores… Así que por estas 5 semanas estoy decidida a gozarme con todo mis dos horas de metro al día, mi dolor de espalda al final del servicio, la histeria colectiva de los Parisinos, el frio de Paris, las escaleras y caminatas interminables y el duro colchón del sofacama que compramos Jan y yo para mi estadía en su casa.  Estas cinco semanas pretendo gozármelas al máximo porque sé que no volverán, que pasaran volando y que son la despedida de mi vida en Paris… para dar paso, por supuesto, a otra etapa…

Me despido y les pido además que crean en su poder de cambiar su propio destino. Que no se conformen con la realidad que viven si esta les hace sufrir de algun modo. Cada uno de nosotros guarda una fuerza inmensurable para hacer realidad el medio ambiente que deseamos. Atrévanse a retar la realidad aparente que no les convenga y transformarla en esa realidad que desean.
Les dejo algunas foticos.

Los QM y nos seguimos leyendo ;)

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