Saturday 4 February 2012

Nooo... No es allá! Es aqui!

4 de Febrero…
Hoy en el calendario histórico de mi país se escribe un año mas de aquel shock emotivo que nos causo ver a nuestro, hoy presidente, asomar su rostro por primera vez, y sembrar en nosotros la ingenua esperanza de un futuro mejor…
Fuimos solo eso, ingenuos! Hoy la historia nos lo ha demostrado.

Pero mi post de hoy no es para hablar de política.  A ella ya le he dedicado suficientes líneas, tiempo y neuronas a lo largo de los últimos 12 años, de los que mi única ganancia fue una conciencia mas clara y realista sobre los fenómenos llamados “políticos”, que no son más que el arte de la manipulación de las emociones colectivas por los mas vivos.
  
Al igual que el día de hoy marca una fecha importante para la historia de mi país, también marca un día importante en mi camino, este nuevo camino que decidí emprender profesionalmente hablando.  Hoy comencé a buscar, yo misma, CV en mano, valiéndome de mi sonrisa y de mi mejor introducción en francés, mi propia pasantía en cocina.   En mi BMDoble pie, restaurant por restaurant, con al menos 4 capas de trapos encima y bajo la amenaza constante del termómetro que nunca marcó por encima de -8 todo el día; así me lancé mi primer día de búsqueda. A pesar de mi aprehensión inicial, pues creía que me iban a echar como a un indigente buscando sobras de comida,  todo fluyó de lo mejor. No pude ser mejor recibida en cada uno de las cuatro puertas que toque.  Salí de la casa – mi casa #3, la de Paris, que por cierto no es mía – decidida a conectarme solo con lo mejor del medio ambiente.  Y así fue.  Los top tres restaurantes que estaban en mi lista ya tienen mi CV. En uno de ellos, de hecho, fue el mismo Chef propietario quien me recibió el CV jajaja… demasiado cómico. Yo anoche me pase rato viendo su pag web con imágenes de sus platos, él cocinando, él en el mercado, él atendiendo a sus comensales; y hoy de la manera más inesperada, fue él quien me recibió a las puertas de su restaurant cuando ya estaba de salida. No sé si este será el lugar, o si tenga chance allí, pero de todas todas, fue muy simpática la coincidencia.

Y aquí comienzo el cuento porque uds se estarán preguntando qué diablos hago de nuevo en Paris si yo estaba haciendo mi pasantía en Aix-en-Provence. Pues el miércoles 01 de febrero dejé el Hotel. Luego de un mes “galereando” como dirían los franceses. Guapeando, como decimos nosotros, peleando el ego, haciendo surgir mi más profunda humildad, pero sobre todo, perdiendo mi valioso, preciado e irrecuperable tiempo!!!  Me fui. Ya no era cuestión de que la cocina no era gastronómica -sino mas bien gastronómicamente mala, ni de que seguía viviendo en una celda tipo cárcel americana, ni que estaba comiendo peor que los perros de la finca… tampoco el hecho de que pasaba la mayoría del tiempo haciendo postres con productos congelados… lo que finalmente me ayudo a decidir poner un hasta aquí a todo este surrealismo anti-mágico fue el llamado urgente de mi corazón a ser fiel a mi objetivo y a reconfirmar el respeto hacia mi vida. Lo que se hace en esa cocina es totalmente opuesto a lo que yo tengo ideado para la mía. Mi filosofía respecto a la gastronomía esta apegada al respeto por los alimentos, la técnica y el comensal. Pero sobretodo, mi visión de la cocina esta permeada de amor y arte. Para mí la cocina es crear, es innovar, es ofrecer un regalo hecho con mis propias manos… Y este sitio, por más que sea el que la escuela escogió para hacer mis prácticas, no puede estar más alejado de mi estilo. Sin entrar en detalles antipáticos, es suficiente con contarles que este no era mi lugar. Desde el primer día que mi cuerpo y mi mente lo rechazaron con aquel accidente de mi dedo, debí haberlo sospechado.

Estoy en una etapa de mi vida en la que se lo que verdaderamente quiero. Es curioso porque cuando decidí entrar a la universidad, sentía la misma certeza. Y cuando decidí entrar por segunda vez, también tenía la misma certeza, mucho más clara esta segunda vez.  Esto lo que me dice es que nunca hago nada sin estar convencida de que es lo que deseo y que es lo correcto para mi. A lo mejor la diferencia es que ahora no solo se lo que quiero sino como lo quiero, y los medios para llegar a ello.  Es por eso que hoy estoy aquí en Paris. Porque si he de hacer una pasantía para poder tener mí diploma, entonces esa pasantía, el lugar y el tipo de cocina que allí se haga, lo escogeré yo misma. Y esta vez será de acuerdo a mis intereses, apegado a mi objetivo y congruente con el tipo de gastronomía a la que yo deseo dedicarme. Una con ética, mística y respeto. Esta vez soy yo quien decide, porque estoy segura de lo que quiero aprender, repetir o emular.

Esta experiencia en Aix me deja sin embargo grandes lecciones. Porque uno nunca deja de aprender, aún en los momentos que parezcan mas oscuros. Descubrí que puedo ser tan tolerante como quiera, que puedo ser tan humilde como quiera, que soy finalmente una pacifista y ya no una violenta,  y una de las cosas más importantes que descubrí en mí es un alto sentido de justicia y respeto hacia el ser humano. Esta fué una lección más ligada a las relaciones humanas que a la cocina como tal. El ser humano está capacitado para adaptarse a cualquier circunstancia, pero la injusticia y el abuso es algo que no debemos aceptar en nuestras vidas por ninguna razón; pues esto sería irrespetarnos a nosotros mismos.   Todas las sociedades en el mundo tienen sus problemas, sus carencias, sus características propias. Aquí en Francia uno de los grandes problemas a nivel laboral es el maltrato entre los empleados y de los jefes hacia los subalternos. Pude comprobar, con mucha tristeza debo decir, que en su mayoría, los empleados son muy mal tratados. La gente está acostumbrada a esto. Es el uso y costumbre de aquí. La humillación y el insulto son la norma en el trato diario. No es de sorprenderse entonces que este país reporte el mayor índice de suicidios en Europa, y uno de los mayores  índices de depresión y enfermedades psiquiátricas en el mundo.  Es literalmente una enfermedad colectiva lo que pude percibir este mes trabajando en el Hotel Aquabella. Y solo lo pude percibir porque yo soy una externa, una outsider, no estoy contagiada.  Ahora, Que tiene todo esto que ver conmigo? Qué relación guarda esta realidad con la que yo quiero crear en mi propia cocina?  Cuan absurdo es que la escuela pretenda obligarme a “aprender” de esta realidad para poder graduarme? Lo que me queda más claro de esta experiencia es todo aquello que nunca haré, es el espejo de mi antítesis…

Me doy un corto tiempo para encontrar el lugar que aporte verdaderamente valor a mi formación como cocinera. Tengo el reto de encontrar ese lugar pronto, de lo contrario entonces estaré ante la innegable realidad de que mi mejor “pasantía” será mi propio fogón… y que mi mejor diploma serán mis platos. 
En este momento no estoy para perder tiempo, estoy para ganarlo en aprendizaje y experiencias de valor en todos los aspectos de mi vida. Si algo ha aportado el Budismo a mi vida es la conciencia que de no merezco menos que lo mejor!  Y lo mejor para mi vida soy yo misma quien debe crearlo…que no debemos conformarnos con las circunstancias que nos rodean, sino transformarlas a nuestro favor.

Aquí he aprendido mucho.  En Francia me entreneé por primera vez como cocinera con un gran Chef y sé que esta será mi marca, mi sello de calidad para siempre.  He conocido gente maravillosa. He encontrado verdaderos amigos entrañables. Mi francés está mejor que nunca y he pateado unas cuantas calles por estos lares… Creo que los objetivos trazados antes de cruzar el charco han sido superados, más que cumplidos.  Y ya comienzo a sentir que mi tiempo en Europa se acerca a su final. Pero sobretodo y todavía más apremiante, comienzo a sentir la necesidad de "posar el sartén” y emprender el arriesgado pero emocionante viaje hacia la conquista de paladares ajenos…

Los QM y nos seguimos leyendo…

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