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Un mes sin escribir. Lo siento! ;(

Como resumir un mes de vida intensa..? Han pasado tantas cosas durante este mes y algo…

Para empezar ya tengo 6 meses en este país. Es que ya casi voy pal’ séptimo… El tiempo corre, y yo voy detrás de él, pero en desventaja casi vergonzosa.

Empecemos por lo más reciente, así voy dando chance a mi Alzheimer juvenil y que los recuerdos se vayan poniendo en la cola…

Mi mami vino a visitarme. Estuvo dos semanas conmigo, durante las cuales viajamos, caminamos más que los Rumanos en Paris y nos reímos de massssss… ;) Finisimo! Fue demasiado divertido, verdad mami??? Jeje…

A mi mami NO le “fascina” la dinámica BMDoble Pie de Europa (la verdad dista bastante del cómodo estilo de vida Americano), de modo que le costó un poquito alcanzar el ritmo. Pero finalmente lo logro. Tanto, que unos días antes de irse ya andaba llevándose a la gente por delante en el metro, cual perfecta Parisina.  O sea, a ella el tren no la iba a dejar por esperar su turno de montarse, pues! Igual nos convenía la caminata y la corredera para sacar a pasear el exceso de glucosa que nos produjo la jartazon diaria de dulces… la patisserie francesa ejerce ese efecto en uno: una vez que la pruebas simplemente no puedes parar!

Fuimos primero a Cap D’Agde, un balneario al sur de la Cote D’Azur de Francia, a 2 hras de Barcelona.  Alli está la escuela de cocina donde me pre-inscribí para comenzar en Septiembre. Conocimos la escuela, la ciudad, la cual no ame precisamente. Es un típico pueblo fantasma que no tiene vida sino en verano. Como diría mi amigo Olivier: “está lleno de viejos” jejeje…  Es muy lindo. Pero la vida realmente es solo en verano. Igual yo viviría en la escuela, donde estaría 6 horas al día metida en la cocina. Así que bueno, ya veremos… mi cupo al menos esta apartado. La verdad es que la idea de dejar Paris… me  produce un dolor de barriga horrendo, una hiperventilación incontrolable y se me aguan los ojos maaaaaal ;(

De allí nos fuimos a Montpellier. Ayyy Montpellier… aquí sí que deje un pedacito de mi corazón. Que bella ciudad! Montpellier es una ciudad de estudiantes. Allí se encuentra nada más y nada menos que la facultad de medicina más antigua del mundo.  Entonces todo está arreglado para los estudiantes. Tiene tres líneas de Tramway super eficientes, cuya imagen esta diseñada por diseñadores famosos.  La línea 2, por ejemplo, esta diseñada por Christian Lacroix ;) Asi que es toda chic.  Hay full gente joven caminando a toda hora. Mucho movimiento, mucha vida…

Montpellier tiene el aire antiguo de Paris, pero más fresco. Era, durante el siglo XVII, una ciudad de vacaciones para la monarquia. Por eso conserva una bella infraestructura, típica de la echonería de la realeza Francesa.  La temperatura en Montpellier es perfecta: 13,15, 16 grados, con un sol radiante. También es una ciudad para caminarla porque tiene mil recovecos por donde no caben los carros.  Lo otro es que hay allí un “fashion” del otro mundo! Una tienda vende cosas más bellas que la otra. Hay un aire de buen gusto fascinante… Ni en Paris había visto yo cosas tan bellas. Provocaba comprarlo todo!  Me recordó mucho a Roma, donde volvería solo para hacer shopping.

Bueno, después de 4 dias en Montpellier, regresamos a Paris algo agotadas. Casi sin pausa, comenzamos a pasear por la ciudad… El Louvre, la Torre Eiffel, callejoncitos arriba, abajo, recovecos, supermercados, Jardines, Yoga, Champs Elysees, etc, ect, etc… hasta a reuniones de Budismo llego a dar mi vieja conmigo (tan bella, la Amo!).  Mi mami llegó a entender – creo - porque me enamore tan profundamente de esta ciudad,  de la rareza de esta cultura y las razones por las que me siento como “pez en el agua” entre tanto frantuche y edificios de 300 años…

Resulta que justo al regresar (después de pagar la pre inscripción en la otra escuela), mi amiga Yerling (a quién ya uds conocen de tanto que la menciono) me mando una información de una escuela de cocina que encontró en Paris. Me lancé para allá a conocerla.  Lo que sentí durante el recorrido de la escuela fue lo que los Franceses llaman un “coup de foudre”, o sea, en criollo simple y rajao: “amor a primera vista”.  Esta es la escuela! No se había manifestado antes simple y llanamente porque mi mama y yo teníamos que ir a Cap D’Agde a ver con nuestros propios ojos que esa, la primera que vimos,  no era la escuela… ésta, la de Paris, L’ École Gregoire Ferrandi, si es!

Cuando entre a la cocina donde estaba el grupo del programa internacional cocinando azoraitos pal restaurante de la escuela (porque si, la escuela tiene 2 rest donde los alumnos hacen sus mega practicas, que tal?), me entro un nose-que-que-se-yo, una cosa ahí en el estomago, unas maripositas revoloteando, una adrenalina… ayyyyy!!! Nooooo! Yo quiero estar allí carajo!!!!

Esa es la escuela! Cuesta tres veces más que la de Cap D’Agde, pero hare Daimoku hasta que se me seque la garganta para que se manifiesten los medios.

Hablando de Daimoku. Creo que ya es tiempo de contarles que estoy practicando Budismo desde hace casi un par meses. Todo empezó con mi lectura de la vida de Buddha. Allí surgió la curiosidad. La identificación con la práctica. Luego vino la indagación, la búsqueda, las preguntas, las reuniones de Budismo, los interrogatorios a mis amigos Budistas, mas preguntas… Y obviamente mi tradicional resistencia a creer en algo externo a mí misma, lo cual no me permitía creer anteriormente en otra religión. Hasta que hice mi primer Gongio (la recitación de un extracto del Sutra del Loto, las enseñanzas de Buddha), y me enganche! Desde ese momento practico a diario y debo decir que me siento mejor que nunca. En sintonía con la fe, con la posibilidad de desarrollar mi potencialidad al máximo, con ánimo para lograr lo que deseo de la vida, con mucha confianza en mí y mis propias habilidades para ser feliz, sin tener que buscar nada en el exterior, ni milagros, ni manifestaciones mágicas.  Por fin encuentro una filosofía de vida que se adapta a mis creencias, mi personalidad y mi manera de ver la vida y la divinidad. Creo que ya estaba lista para dar este paso. Y estoy muy feliz de haberlo dado! Descubrir las bondades del Budismo es uno de esos tesoros que esperaban por mí desde hace tiempo, porque estuviese lista para revelarse en mi vida...

Por otro lado, mi practica Yogui va mejor que nunca. Me tope con un instructor “maravilloso” que me corrige y me anima constantemente a ir más lejos. Después de 5 años haciendo Yoga, yo jamás había logrado las posturas que Olivier, mi profe, me ha obligado a hacer.  Mi práctica siempre había estado limitada a lo corporalmente “seguro” (es decir, no tentar mucho la gravedad). Pero este sujeto pretende convertirme en trapecista o contorsionista de circo!  Todos los días voy un poco más lejos. Es el realmente quien me indica en que postura iré más lejos cada día.  Ahora, por ejemplo estamos trabajando en la parada de cabeza.  El me observa siempre y desde donde este, cuando yo creo q no está viendo, lanza un: “ouvre la poitrine Barbara, ouvre, ouvre!” (abre el pecho Barbra, ábrelo, ábrelo!), o se me encarama encima y me mueve como a una muñequita de trapo para ponerme en la postura correcta.  Olivier es un ser sumamente compasivo y ligero, y al parecer está más interesado que yo en mejorar mi practica y mi postura. Me dice siempre: “abre los hombros, tienes un pecho muy bonito, no lo escondas.” Jeje… y ahora de pronto me encuentro echando los hombros pa’ atrás y abriendo el pecho cuando voy caminando por la calle, o en el metro, o simplemente sentada en clase. Me viene su voz a la cabeza… Ouvre, Ouvre..!  Que cómico!

Olivier es demasiado pana! Me ofreció un paquete de 3 meses en el studio con tarifa de estudiante y clases ilimitadas!! ;) Todo porque, según él, yo soy “muy courageuse”, es decir, corajuda!  

Total que ahora ando con un dolor distinto cada vez, dependiendo de las partes del cuerpo comprometidas en la acrobacia de la semana. Pero vaya que lo cargo con gusto el dolorcito… La Yoga ha sido una de las mejores adiciones que he hecho a mi estilo de vida, aparte del vegetarianismo y ahora el Budismo. La Yoga te recuerda que tu cuerpo es un templo que debes cuidar y consentir con esmero, sino lo haces tú, nadie lo hará por ti. Y si tú no lo quieres primero, tampoco nadie lo querrá después.

Mis clases de francés van chévere! Ya estoy en el nivel superior, y somos de hecho el nivel más alto que tiene la escuela ahorita. Las clases magistrales y aleccionadoras se acabaron. Ahora solo discutimos artículos del periódico, o de un libro, o cualquier texto. Generalmente son textos peluos! Que si la situación política en el mundo árabe, que si los problemas económicos de la Unión Europea, que si el tema de la inmigración de los Rumanos y el espacio Schengen… pare ud de contar! Lo cierto es que todos los días es un ejercicio de conversación y debate. Y créanme cuando les digo que todos los días el reto es más grande. Una cosa es conocer un idioma, que te sea familiar, poder decir ciertas cosas sencillas y mantener una comunicación básica fluida. Pero otra cosa muy distinta es poder expresar todo aquello que te viene a la cabeza, sobre temas complejos, en ese idioma.  

Ya yo me descubro pensando en francés, o de repente se me olvida como decir algo en español o en Ingles, y en francés lo tengo en la punta de la lengua. Es normal,  estoy en pleno proceso de “incubación” del francés – si es que ese término existe - como tercera lengua, y por ello es un momento crucial.  Llamo incubación a ese proceso de fijación de un conocimiento, cuando incorporas algo nuevo para que se quede de manera permanente en tu cerebro. Como cuando aprendemos a manejar, que al principio es medio complicado y todo lo haces torpemente; te estacionas mal, te pegas demasiado de la acera, le robas el canal a otros carros, no pones luz de cruces, eres un peligro retrocediendo, etc. Bueno, pues llega un momento en el que, a fuerza de práctica, empiezas a estacionarte derechito, a rozar la acera pero no tallar los cauchos,  a calcular bien el espacio entre los otros carros y tu; pues en ese momento manejar bien se convierte en una habilidad. Es una herramienta bien instalada en nuestro cerebro. Una vez que lo aprendimos bien, no lo olvidamos nunca porque es una información que está bien grabada y es imposible perderla. Así pasa cuando uno aprende bien un idioma. Vives con él.  

En resumen: todo bajo control! El francés, los frantuches y mi bella Paris… ;)

Ahora me toca descansar un pelo porque ya prontico me llega la Leito, y esa si que viene con energías pa’ patear… Ay, mama!  Paris de cabo a rabo, Barcelona, Londres… A prepararme con mucha Yoga ;)

Les dejo unas foticos del viaje. Los QM y nos seguimos leyendo!